LECCIÓN 05: LA ARMADURA DEL CRISTIANO (Ef 6:10-20)

I. EXISTE UNA LUCHA ESPIRITUAL (Efesios 6:10-12) A. El creyente no debe ceder (6:10,11) El apóstol empieza con la exhortación “fortaleceos en el Señor”. El creyente no se robustece por su propia cuenta: la acción la lleva a cabo el Señor. Pablo cita tres sinónimos de la palabra “poder” que ya utilizó en referencia a la resurrección y exaltación de nuestro Señor Jesucristo. En 1:19 dice: “Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros ..., según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole... y sentándole a su diestra en los lugares celestiales”. Estas mismas palabras: “poder” (dunámeos), “poder” (kratos) y “fuerza” (isjúos) son las mismas que menciona en 6:10 para indicar los recursos de Dios para el fortalecimiento espiritual del creyente.

B. La lucha es contra fuerzas demoníacas (6:12)

La palabra “lucha” (griego “pale”) individualiza el combate del cristiano, y se refiere a un combate de cuerpo a cuerpo entre dos enemigos. Pablo no habla aquí de “guerra” entre ejércitos opuestos, sino de un encuentro encarnizado entre el creyente y los agentes de Satanás. Es verdad que la iglesia, como una comunidad de salvos, tiene guerra contra el diablo y sus huestes; pero en nuestro pasaje se habla de algo personal. ¿Quiénes son estas fuerzas infernales? Pablo las clasifica en cuatro categorías: 1) principados, 2) potestades, 3) gobernadores de las tinieblas de este siglo, y 4) huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

II. LA ARMADURA DE DIOS (Efesios 6:13-17)

A. Es para resistir al enemigo (6:13,14)

Hay un orden sugestivo en las exhortaciones del apóstol. Antes de intentar una confrontación con el enemigo, el creyente tiene que haberse fortalecido en el Señor y en el poder de su fuerza (v. 10). Una vez fortalecido, debe estar firme (v. 11) enfrente del enemigo. A continuación le corresponde resistir (v. 13) cuando llegue el momento del ataque. Nótese en Santiago 4:7 que el que tiene que huir es el diablo, y no el creyente. Ahora, las palabras “y habiendo acabado todo, estar firmes”, confirman lo que se ha estado diciendo. Pablo no puede contemplar al cristiano caído, aunque haya hecho huir al adversario. Aun cuando haya derrotado al enemigo y peleado una buena batalla, debe seguir firme, de pie.

 

B. Es para que avance el evangelio (6:15-17)

Cuando Pablo escribió Efesios se encontraba encadenado a un soldado romano. Todos los pertrechos militares de aquel soldado le sirvieron de ilustración para describir la armadura del cristiano. Ésta consiste en: 1) el cinturón de la verdad; 2) la coraza de la justicia; 3) el calzado del evangelio de la paz; 4) el escudo de la fe; 5) el yelmo de la salvación, y 6) la espada del Espíritu. Del cinturón colgaba la funda de la espada, y mantenía firme las ropas del soldado; la coraza protegía el corazón; el calzado servía para la rápida movilización hacia el frente. Las sandalias de los soldados griegos y romanos tenían clavos en la suela con este fin. Del escudo, yelmo y espada se hablará en la siguiente división.

 

III. LA NECESIDAD DE VELAR  (Efesios 6:18-20)

A. En la oración (6:18)

El creyente necesita un escudo donde los dardos encendidos del enemigo se puedan apagar, y ese escudo es la fe. A continuación Pablo habla del yelmo, el cual protegía la cabeza. Esto es muy importante, porque mientras en la Biblia el corazón es el asiento de las emociones, la cabeza es el asiento de la inteligencia. El evangelio es un mensaje para el corazón (emociones), pero también para la cabeza (mente). ¡Cuántos dardos lanza continuamente el enemigo a la mente del cristiano! Seguidamente, Pablo habla de la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, y por último deja lo que se pudiera considerar el broche de oro: la oración. La oración es lo que afila la espada, hace ligeros los pies de quien proclama el evangelio, endurece el escudo, afirma el yelmo, hace impenetrable la coraza, y sostiene con firmeza el cinturón de la verdad.

 

B. En la intercesión (6:19,20)

En primer lugar, para Pablo la oración era tan importante que solo en los vv. 18-20 la menciona cuatro veces: “orando”, “oración”,“súplica” (dos veces). Después habla de ella como algo que se tiene que hacer en todo tiempo. Seguidamente dice que las oraciones deben contener súplica. La oración intercesora convierte al cristiano en un verdadero sacerdote de Dios. A continuación explica que las oraciones deben ser hechas en el Espíritu Santo. Por último dice que hay que ser perseverantes en la oración.

 

RESUMEN GENERAL DE LA LECCIÓN

El pasaje que se estudió en esta ocasión constituye el final de las exhortaciones de Pablo a los efesios. Consta de tres partes principales: 1) descripción de las fuerzas enemigas contra las cuales lucha el creyente (vv. 10-12); 2) descripción de la armadura del creyente (vv. 13-17), y 3) una apelación insistente a la práctica de la oración. El apóstol enseña que lo primero que el creyente tiene que hacer es fortalecerse en el Señor, y en el poder de su fuerza. Este poder es tan grande que fue el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Una vez que el creyente se ha fortalecido en el Señor, debe colocarse la armadura de Dios a fin de: a) estar firme, b) resistir cuando venga el ataque, y c) avanzar con el evangelio en el mismo territorio conquistado al enemigo. La armadura consiste en: a) el cinturón de la verdad, b) la coraza de la justicia, c) el calzado que propaga con presteza el evangelio de la paz de Dios, d) el escudo de la fe, e) el yelmo o casco de la salvación, y f) la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Todas estas armas son  sumamente eficaces cuando son manejadas con la oración.

PREGUNTAS

1. El pasaje que estudiamos consta de tres partes principales: ¿cuál es la segunda? 2. ¿Cuál es la palabra que usa el apóstol en referencia a la resurrección y exaltación del Señor? 3. ¿Cuál es el primer componente que Pablo menciona de la armadura del cristiano? 4. ¿Qué hace la oración con respecto al yelmo? 5. ¿Con qué frecuencia dice Pablo que se debe orar?

LECTURAS DEVOCIONALES DIARIAS

Lunes: José es odiado por servir a Dios (Génesis 37) Martes: José es echado en la cárcel por servir a Dios (Génesis 39)  Miércoles: Los jóvenes hebreos son arrojados al horno por servir a Dios (Daniel 3). Jueves: Daniel es arrojado al foso de los leones por servir a Dios (Daniel 6)  Viernes: Esteban es apedreado por servir a Dios (Hechos 7)  Sábado: Pablo narra sus sufrimientos por servir a Dios (2 Corintios 6:1-10; 11:21-33).